La pandemia por coronavirus ha sacado a la luz los problemas estructurales. Quienes se incorporaron por primera vez y quienes cambiaron de trabajo tuvieron dificultades con el entorno de trabajo virtual. La frase estrella es: La Gran Dimisión. Las personas son seres sociales.

Las medidas tienen que someterse a una revisión independiente y multidisciplinar, pero esto no es fácil. Los medios de comunicación desempeñan un papel importante. Aprender de los errores para el futuro y hacer que las cosas buenas sean aún mejores.

Muchos problemas ya existían desde el principio. Administración en lugar de organización. A veces se ha descuidado el futuro. Nadie es responsable. No es demasiado tarde. ¿Dónde están los discursos de alarma?

Rusia impone el cambio energético sin querer. El fin justifica los medios y la necesidad agudiza el ingenio. Algunos siguen viendo un déficit de níquel. A Indonesia le gustaría crear un cártel mundial del níquel.

¿Dónde se han ido todos los trabajadores?
Basándose en la canción de Pete Seeger «Where have all the flowers gone» (Dónde se han ido todas las flores), desde el punto de vista empresarial, hoy en día la letra debería cambiarse por “¿Dónde se han ido todos los trabajadores? Hace tiempo que no se ven”. Tras levantar las medidas de precaución por coronavirus, parecía que la gente había desaparecido de la faz de la tierra. Independientemente del sector, faltan empleados, sobre todo en sectores como la restauración y la industria de eventos, por supuesto, pero también es difícil encontrar empleados para la hostelería y el turismo. ¿Qué ha sucedido? Vamos a buscar las posibles causas.

Ya durante la crisis por coronavirus, se observó un cambio interesante en el sector del personal o RR. HH. (Recursos Humanos). Trabajar desde casa se convirtió en la nueva norma durante bastante tiempo para los empleados de la administración y de esas profesiones en las que el escritorio es el principal lugar de trabajo. Y algunos tuvieron la suerte de disfrutarlo, puesto que no tenían que sufrir los atascos ni tenían que utilizar el transporte público por las mañanas y por las tardes. Su supervisor tampoco se les aparecía de repente en el escritorio.

“La Gran Dimisión”
Sin embargo, esta forma de trabajo digital trajo consigo un gran problema. Porque cuando se trataba de contratar, o de presentar y formar a nuevo personal y a jóvenes empleados, la falta de contacto personal suponía un obstáculo extraordinario, puesto que todo el procedimiento había pasado a ser solo virtual. Los directivos y los compañeros, así como los clientes y los proveedores, sólo podían verse y conocerse a través de la pantalla, de lo contrario, a nivel profesional, la gente tenía que arreglárselas por sí misma en casa.

Este también fue el caso de los proveedores de servicios, como los contables y los consultores de gestión. Antes, era fundamental y habitual visitar a los clientes, pero ahora el examen de las cuentas y los recibos debía realizarse en nuevas condiciones y, según las circunstancias de cada uno, podía ser desde la mesa de la cocina. Se produjo una reacción de dimensiones considerables, que en Norteamérica se ha denominado “La Gran Dimisión”. Al cabo de poco tiempo, los jóvenes recién contratados abandonaron las empresas en masa, ya fuese por un periodo de formación accidentado que se tradujo en una sobrecarga de contenidos y repercutió negativamente en su salud mental, por la falta de curva de aprendizaje o por la falta de cultura empresarial y de contacto social. Encerradas en sus viviendas, las personas empezaron a pensar más en lo que querían hacer y para quién querían trabajar.

Daños colaterales de la pandemia por coronavirus
También en los sectores que se vieron especialmente afectados por las medidas contra el coronavirus, como la restauración, los empleados buscaron otros medios de empleo, porque, por supuesto, su existencia y perspectiva económica se vieron afectadas. Los pedidos por correo y el comercio por Internet experimentaron un auge en todos los aspectos y, por tanto, muchos encontraron un nuevo empleo en los proveedores de servicios de correos o de paquetería, por ejemplo. Es lógico, y quizá incluso permanente, que ahora falten trabajadores para los otros empleos, ya que los horarios de trabajo y los ingresos regulados fueron una experiencia positiva completamente nueva para algunos trabajadores acostumbrados a trabajar hasta tarde y en fin de semana; además, también disfrutan de mejores cotizaciones a la seguridad social y de cara al futuro.

Estos efectos también pueden entenderse como daños colaterales de las medidas contra la covid-19 que se impusieron a distintos niveles en los diferentes países. China, con su política de “cero covid”, sabe muy bien lo que esto significa, ya que su crecimiento no ha vuelto a alcanzar los niveles anteriores al coronavirus. En este sentido, todas las medidas deben valorarse de forma objetiva en el supuesto de que llegasen otras pandemias en el futuro. Sin embargo, esto no es fácil, ya que la gran mayoría ha aceptado e incluso ignorado los numerosos “efectos secundarios”, incluso los negativos. Por supuesto, esta corriente dominante no será la solución a los problemas. Aunque a menudo se critica a los medios de comunicación por oportunistas, los periodistas deberían entender que se trata de una verdadera labor, ya que los últimos dos o tres años han sido una oportunidad de aprendizaje tremenda.

Los problemas estructurales son cada vez más evidentes
Volvamos a la desaparición de la mano de obra. Analizándolo con más detalle, es posible confirmar que el mercado laboral se caracteriza en gran medida por la demografía y la inmigración, y que la actual escasez de mano de obra es consecuencia del desarrollo político y social (o de la falta de él) de los últimos 20 o 30 años. Lamentablemente, las empresas, con su influencia, y la política, con su función organizativa, no han sabido marcar el rumbo estratégico correcto y con previsión para este ámbito. Las advertencias sobre estos acontecimientos existen desde hace muchos años.

En muchas profesiones ha habido, y sigue habiendo, importantes problemas de contratación, por ejemplo en los oficios especializados y entre los camioneros. Desgraciadamente, una cierta arrogancia de los académicos y la glorificación de la graduación escolar y los estudios superiores han dado a nuestra sociedad los incentivos equivocados en cuanto al valor y el reconocimiento social de algunas profesiones. Y así, lo que está pasando ahora es el triste resultado de eso. La inmigración puede ayudar, pero solo si existe una estrategia clara respecto a las cualificaciones que se buscan. No debe tratarse de una institución garantizada de asilo. El coronavirus no ha provocado estos fallos, pero los ha sacado a relucir sin piedad.

Debido a eso, muchas empresas están luchando por sobrevivir por culpa del coronavirus. Sin embargo, se trata especialmente y con pocas excepciones de empresas que ya tenían problemas estructurales para empezar. Lamentablemente, en Alemania estamos viendo empresas con problemas con demasiada frecuencia, lo que dice mucho de la calidad del trabajo de la clase política en las últimas décadas. La política de dinero barato de los bancos centrales está pasando factura en la actualidad; entre los grandes problemas urgentes que no se han abordado aún de forma adecuada se encuentran la migración, un suministro de energía suficiente y que tenga en cuenta las emisiones, la emergencia educativa y la asistencia sanitaria.

La situación no es para nada halagüeña, pero tampoco hay razón para enterrar la cabeza en la arena: es hora de ponerse manos a la obra. Seguramente lo que falta no son solo discursos de alerta, sino que incluso para cualquier discurso optimista se echa en falta un canciller y un presidente de Alemania optimistas.

Rusia impone la transición energética
Quién iba a pensar hasta hace poco que Rusia contribuiría más a la transición energética que todos los Estados europeos juntos, tanto dentro como fuera de la UE. Lamentablemente, su influencia no es necesariamente positiva desde el principio pero, sin embargo, podría resultar muy útil a medio plazo. Resulta obvio que la mayor parte del mundo solo empieza a actuar y a pensar alternativas cuando se enfrenta a una crisis y no hay otro camino disponible. No obstante, incluso en ese momento la resiliencia es vital para afrontar el cambio de circunstancias con rapidez y éxito. Esta resiliencia es notablemente distinta entre los distintos pueblos y naciones.

Por ejemplo, la guerra en Ucrania y el corte del suministro de gas por parte de Rusia han ocasionado enormes problemas en el mercado europeo del gas, que se han extendido a otros mercados para incluir también al suministro de electricidad (electricidad producida por centrales de gas). En última instancia, no solo se trata del precio, sino también de la seguridad del suministro y de la disponibilidad de electricidad y, sobre todo, de gas. Sin embargo, cabe decir que los problemas de la electricidad no se deben solo a la escasez de suministro de gas, sino también al estado ruinoso de las centrales nucleares francesas, así como a los bajos niveles de agua de los ríos, que desempeñan y siguen desempeñando un gran papel en la refrigeración de los reactores. Además, también influye la ambiciosa pero muy precipitada transición del suministro energético en Alemania, que pretende pasar de los suministros fósiles y la energía nuclear a las energías renovables. Sin embargo, estas últimas no sirven para nada cuando no hay viento o está oscuro y, además, se ven obstaculizadas por los problemas de transmisión y de red (¿cómo llega la energía eólica desde el Mar del Norte hasta Baviera?).

Para los responsables, que sin duda existen, lo más cómodo ahora mismo es señalar con el dedo ad hoc a Rusia, a la guerra y a los oleoductos saboteados. Además, la conversión de impuestos estatales y los préstamos de dividendos para los accionistas de los anticuados productores de energía fósil y de otros tipos (o de antiguos monopolios en mercados supuestamente liberalizados) es simplemente deprimente. Sin embargo, después de una fase de incertidumbre, habrá progreso, de eso está seguro este escritor. Quién iba a pensar que un gobierno alemán con participación de los Verdes volvería a enganchar a la red las centrales eléctricas de carbón, torpedeando los objetivos de carbono aunque prolongando, por otro lado, la vida útil de las últimas centrales nucleares existentes. Además, la compra de gas licuado a Qatar difícilmente habría salido a la luz en otras circunstancias.

Falta de alternativas
En última instancia, el fin justifica los medios y la necesidad agudiza el ingenio, o no deja alternativas en un plazo tan corto. Sin embargo, a medio plazo, esta experiencia cercana a la muerte garantizará (o eso esperamos) que para un factor tan estratégicamente importante para los ciudadanos y la economía como es el gas y la electricidad, la adquisición no tenga que depender de proveedores posiblemente poco fiables en países dictatoriales (como, por cierto, podría leerse en toda la literatura económica pertinente) y, si tuviera que hacerlo, que existiesen al menos ciertas alternativas disponibles. Como resultado, y esta vez para el interés de los políticos ecologistas, la expansión de las energías renovables en toda Europa y también en África (continente bendecido con mucha luz solar) se acelerará seriamente. Esto también se aplica a la energía fotovoltaica en el sector privado y empresarial.

Sin lugar a dudas, el objetivo principal debe ser poner a disposición de la industria una energía sostenible y, sobre todo, también asequible para garantizar su continuidad existencial. De lo contrario, se producirán grandes migraciones a sitios donde puedan permitirse pagar la energía. En cuanto a la energía nuclear, los partidos Verdes de Europa, que están divididos en esta cuestión, tendrán que encontrar un término medio común que tenga en cuenta la cuestión de la eliminación permanente de los residuos del combustible nuclear, puesto que ahora ha quedado claro que el rechazo tajante de la energía nuclear no es un punto de vista “Verde” en sí mismo.

Todos estos acontecimientos harán que, tras una implantación satisfactoria, los productores de combustibles fósiles tengan que estar alerta, puesto que lo más seguro es que el futuro no les pertenezca. Esto también supone un verdadero escenario de horror para Rusia, como nación rica en materias primas (energéticas), que se ha impuesto a sí misma con sus propias acciones. Por tanto, estamos ante lo que puede considerarse una política energética con visión de futuro para lograr la transición energética. Cerrar el grifo del gas fue y sigue siendo doloroso, pero terapéutico. Sin embargo, todos habríamos preferido prescindir de la guerra para lograrlo.

Algunas opiniones minoritarias respecto al níquel
La legendaria semana de la LME (Bolsa de Metales de Londres) no solo sirvió para lamerse las heridas y asimilar la evolución del mercado del níquel desde marzo de este año, sino también para evaluar las nuevas expectativas macroeconómicas y fundamentales. En este contexto, el banco australiano de inversión y productos básicos Macquarie, con motivo de su cumbre celebrada en Londres, realizó su habitual y tradicional encuesta sobre los metales industriales. No es de extrañar que la mayoría de las expectativas sean más pesimistas que el año anterior, por lo que se espera una leve recesión para 2023. Casi de forma análoga, también hay una expectativa de precios más bajos, como en el momento álgido de la guerra comercial chino-estadounidense en 2019. En el caso del níquel, un aumento de la oferta, especialmente de Indonesia, se considera una amenaza. Por ello, el INSG (Grupo Internacional de Estudio del Níquel) prevé un excedente de oferta de níquel primario de 144 000 toneladas en este año y de 171 000 toneladas en el próximo.

En cuanto a las oportunidades al alza, se ve sobre todo un mayor crecimiento en China (véanse los rumores sobre un ablandamiento de la estrategia de cero covid). No hubo acuerdo sobre un riesgo significativo real a la baja. Es cierto que todos (!) los riesgos a la baja que se habían mencionado el año anterior se hicieron realidad durante 2022, aunque de diferentes modos, según informa Macquarie. El hecho de que, a la luz de estas declaraciones, el níquel cotice actualmente en torno a los 27 500,00 USD/mt es un poco sorprendente.

Como podemos ver, el mercado del níquel, que desgraciadamente sigue siendo muy escaso, no mantiene demasiado consenso. Por este motivo, cabe mencionar que el refinador de níquel japonés Sumitomo Metal Mining espera un déficit de 63 000 toneladas para 2023, pero aun así representa una reducción del déficit de 108 000 toneladas que Sumitomo espera este año. Los japoneses son conscientes de que forman parte de una minoría con esta opinión. Sin embargo, el análisis está ciertamente bien fundado, ya que se menciona como razón la conversión de 200 000 toneladas de níquel en arrabio de níquel (NPI), en níquel mate y después en sulfato de níquel para la fabricación de baterías, así como la expectativa de que los productores indonesios no tengan interés en producir excedentes en una expansión incontrolada de la producción (como se explica en el párrafo siguiente).

Indonesia estudia la introducción de un cártel del níquel
Indonesia, la mayor economía del sudeste asiático y el mayor productor de níquel del mundo, está estudiando la introducción de un cártel para el níquel y otros metales importantes para la fabricación de baterías, similar al de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. El ministro indonesio de Inversiones, Bahlil Lahadalia, habló de ello en una reciente entrevista con el Financial Times británico. Según el político indonesio, la OPEP tiene la ventaja de que el comercio de petróleo se puede controlar de forma que haya previsibilidad para los posibles inversores y consumidores.

Sin embargo, Lahadalia admitió en la entrevista que hasta ahora no se han hecho planes concretos y que aún no se han mantenido conversaciones con los posibles participantes. Las posibilidades de que se introduzca un cártel de este tipo no pueden ser realmente muy altas. Al fin y al cabo, Indonesia depende de empresas extranjeras como el grupo brasileño Vale o el fabricante chino de acero inoxidable Tsingshan para su producción. La producción de petróleo en los países de la OPEP está dominada por empresas estatales, como las de Arabia Saudí.

Un problema aún mayor serían los diferentes objetivos de muchos países ricos en materias primas, y que a veces compiten entre sí. Por ejemplo, hace unos días el gobierno canadiense ordenó a las empresas chinas que vendieran sus participaciones en tres empresas mineras canadienses, que quieren potenciar la extracción de litio. En general, Canadá, que también tiene sus propios grandes yacimientos de níquel, ha adoptado una postura más dura contra la inversión extranjera en minerales críticos. Esto significa que no solo se somete al Estado chino a un escrutinio tan específico, sino también a las empresas privadas que tienen vínculos con gobiernos extranjeros.

Ya el pasado mes de junio, el ministro canadiense de Recursos naturales, Jonathan Wilkinson, en una entrevista con el periódico nacional canadiense The Globe and Mail, dijo que Canadá “se está protegiendo en un área que es claramente estratégica, y asegurando que esas cadenas de suministro sean sólidas para nuestros aliados”. Por lo tanto, como se ha dicho, las posibilidades de que se introduzca un cártel de metales de este tipo no son muy grandes.

Además, el intento del ministro de inversiones indonesio es muy sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta la curiosa relación de su país con la OPEP. El país se unió a la OPEP en 1962, cuando aún era rico en petróleo. A mediados de la década de 1990, Indonesia había alcanzado su pico de producción de petróleo y después de 2008 paso a ser una vez más un importador neto de petróleo. Finalmente, Indonesia anunció ese mismo año su salida de la OPEP, ya que sus expectativas de precios supondrían una carga más pesada para el mercado indonesio de lo que podría compensarse con costosas exportaciones.

En 2016, Indonesia reactivó su pertenencia a la organización, aunque por poco tiempo, ya que entonces entró en otra disputa. A finales de 2016, la OPEP sugirió a Indonesia recortar su producción de petróleo en aproximadamente un 5 %, lo que habría afectado aún más a los ya decrecientes ingresos de la mayor economía del Sudeste Asiático. El gobierno indonesio no quiso aceptarlo, ya que esos ingresos públicos estaban firmemente previstos en el presupuesto de 2017.

LME (Bolsa de Metales de Londres)

Cierre oficial de la LME (3 meses)

14/11/2022
  Níquel (Ni) Cobre (Cu) Aluminio (Al)
Cierre oficial de 3 meses Preguntar 27.210,00 USD/mt 8.362,00 USD/mt 2.418,00 USD/mt

Valores de la LME en mt

  12/10/2022 14/11/2022 Delta en mt Delta en %
Níquel (Ni) 52.728 50.172 – 2.556 – 4,85
Cobre (Cu) 145.525 86.800 – 58.725 – 40,35
Aluminio (Al) 336.275 544.025 + 207.750 + 61,78

Oryx Commodity News

Oryx Commodity News informs about current, industry-relevant topics.